Clauparède
en 1892 ya dijo: “Las lecciones están hechas para los alumnos y,
no los alumnos para las lecciones.” Es un debate clásico en
pedagogía, entre si el centro es el sujeto o es el contenido.
Podríamos entender que hay una sola lección general para la
diversidad de alumnos, que son diferentes, pero tienen en común esa
lección. Si se entiende la educación centrándola en el niño o
niña o centrándola en el contenido. Es más lógico centrar en el
niño que en el contenido.
Por
otra parte, “Una persona no aprende si no quiere”, porque como
jóvenes de un barrio, como hijos, como personas libres, aprenderán si quieren, pero a lo único
que se puede aspirar es a cambiar las condiciones para que aprendan, actuando para motivar ese aprendizaje. Además, una
persona que aprende es una obra en sí mismo, es decir, no es una
fabricación, sino que nos creamos nosotros mismos, según nuestros
valores, principios y creencias, a través de las condiciones que
ponen los profesionales educativos.
Por
tanto, ¿los educadores nos deben moldear para ser todos iguales?
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