viernes, 4 de marzo de 2016

Frankestein educador

Clauparède en 1892 ya dijo: “Las lecciones están hechas para los alumnos y, no los alumnos para las lecciones.” Es un debate clásico en pedagogía, entre si el centro es el sujeto o es el contenido. Podríamos entender que hay una sola lección general para la diversidad de alumnos, que son diferentes, pero tienen en común esa lección. Si se entiende la educación centrándola en el niño o niña o centrándola en el contenido. Es más lógico centrar en el niño que en el contenido.


Por otra parte, “Una persona no aprende si no quiere”, porque como jóvenes de un barrio, como hijos, como personas libres, aprenderán si quieren, pero a lo único que se puede aspirar es a cambiar las condiciones para que aprendan, actuando para motivar ese aprendizaje. Además, una persona que aprende es una obra en sí mismo, es decir, no es una fabricación, sino que nos creamos nosotros mismos, según nuestros valores, principios y creencias, a través de las condiciones que ponen los profesionales educativos. 


Por tanto, ¿los educadores nos deben moldear para ser todos iguales? 

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