¿Intervención socioeducativa o acción socioeducativa?
Para postularnos en una de estas dos definiciones, ponemos un ejemplo bien sencillo. Por una parte, la intervención socioeducativa, se puede entender como la intervención quirúrgica con un enfermo, por tanto, se entiende como una intervención vista desde el ámbito socioeducativo que nos sitúa fuera de una realidad, pasiva e inmóvil, mientras que, por otra parte, la acción socioeducativa es actuar desde dentro, activa y móvil. Por esta razón, no existe la neutralidad. Los profesionales siempre actúan desde un determinado modelo teórico o ideológico.
Xavier Úcar define los dos conceptos como "irrupción de la realidad con la intención de modificarla", donde existen varias perspectivas, como la mediación, la intersección, la ayuda, etc.
De esta manera, explicamos los tres tipos de modelos de intervención socioeducativa: el modelo de caridad, modelo de justicia social y modelo de inclusión social, que fueron las primeras intervenciones que se hicieron en nuestra sociedad.
En primer lugar, el Modelo de Caridad, explica la perspectiva desde aquellos que son ricos, que no tienen necesidades, dan voluntariamente a aquellas personas que sí tienen necesidades. Este modelo parte de las relaciones que tienen las personas acomodadas con las que tienen necesidades. Estas acciones no son unas obligaciones o unos derechos, sino que es una cuestión filantrópica. El modelo de Caridad está vinculado a organizaciones religiosas (siglo XVIII), es un modelo asistencial, que proporciona recursos. No habla de educación, sino de cubrir necesidades, por tanto, no se pretende otro cambio; y existen motivaciones de la intervención, como la idea sentimental de la compasión, del prestigio social para el hecho de poseer y de atender a quien no tiene, y de salvación, fundamentado en creencias religiosas. El Estado no tiene responsabilidad pública, sino de quien lo realiza, es decir, las organizaciones.
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En segundo lugar, el Modelo de Justicia Social, que nace a partir de los movimientos obreros del siglo XIX. La finalidad de este modelo es reclamar la situación de justicia y, por tanto, que el Estado tiene que asumir esa responsabilidad de combatir esa situación de justicia. Pretende actuar en contra de las desigualdades sociales, se actúa para garantizar que no haya esa problemática social. Su función es atender a los pobres, a los necesitados, a los ploretarios, y garantizar unos mínimos de actuación a la sociedad. Se ponen en marcha acciones educativas para cambiar a las personas, y a partir de ahí, se profesionaliza y aparecen los y las trabajadores/as sociales.
Existen tres evoluciones en la justicia social. Primeramente, se habla de desviación, donde las personas que están fuera están desviadas y es su culpa, por esta razón, se intenta corregirlas. Después se habla de victimas y se culpabiliza a la familia y al entorno, y se trata de reeducarlas. Por otra parte, se habla de inadaptación, como una problemática individual y se trata de hacer una acción psicológica, psiquiátrica o socioeducativa. Y, por último, se habla de exclusión y las carencias desde este punto se perciben como carencias de tipo social, y por tanto, no son individuales.
En tercer y último lugar, el Modelo de Inclusión Social, en el que se actúa socioeducativamente, actuamos en función de la inclusión social en el que se actúa sobre toda la ciudadanía, sea necesitada o no.
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